De igual manera como todo va evolucionando al pasar el tiempo de igual manera debemos ir evolucionando nosotros para tener más oportunidades en el futuro. Se puede decir que esta afirmación se cumple para la mayoría de las actividades en que se desenvuelve el ser humano y no es menos cierto que también aplica en la actividad de la educación.
En toda familia con frecuencia hay uno o varios miembros que no son muy dados a los estudios. Con frecuencia estos individuos solo llegan a octavo o cuarto de bachillerato ya que no tiene el mínimo interés de continuar con la educación a nivel superior o universitario.
Esto por supuesto es generalmente mal visto por las personas incluyendo los padres, quienes tienen dan por sentado que la mejor inversión que se le puede dejar a un hijo es una título universitario. Si bien esto tiene algo de cierto, no obstante tiene algo que pertenece a tabúes del siglo pasado.
Si bien es importante tener un título universitario ya esto no es garantía de que un buen futuro como lo era antes. El que se hacía profesional hace dos o tres décadas atrás tenía su futuro asegurado debido principalmente a que los no había esa abundancia de profesionales que hay hoy día y debido al hecho también de que los profesionales eran muy bien remunerados.
Pero en algún momento la educación se volvió un negocio. La educación pública yo no es buena, la privada solo es un privilegio de algunos, universidades vendiendo títulos, empresas que no pagan bien a los empleados entre otros han contribuido de alguna forma a la desnaturalización de la educación restándole calidad e importancia.
Por estas razones es que tener un título universitario y me voy más allá, ya ni tener una maestría de una universidad reconocida en el país es garantía de que vas a encontrar un buen empleo, mucho menos de que vas a tener un futuro promisorio.
Por creo que no debemos ver el que un joven no quiera dedicarse a los estudios superiores a través del mismo cristal que lo veían nuestros padres ya abuelos ya que en el tiempo que estamos viviendo hay muchas opciones alternativas a la educación superior como son los estudios técnicos.
Soy testigo de jóvenes que en vez de invertir entre 4 y 8 años en una universidad, invirtiendo muchísimo dinero que muchas veces hacen magia para conseguirlo, se han inscrito a hacer carreras técnicos en instituciones como el INFOTEP. Carreras como mecánica automotriz, decoración de interiores, desabolladora y pintura de vehículos, ventas y hasta carreras relacionadas con la publicidad y la televisión con muy buenos resultados, tanto así, que muchos de ellos devengan salarios mucho más altos que muchos profesionales con maestrías y especialidades en su área. Y lo mejor de todo es que es gratis.
Pero no todo es color de rosa y hay de todo en la viña del señor. Claro está que hay quienes no quieren ni ir a la universidad ni tampoco hacer una carrera técnica ni ningún tipo de estudio.
Por eso digo que "nuestros hijos solos no pueden". Es en este punto donde entramos los padres; quienes tenemos que hacer lo posible y lo imposible para que hagan una cosa (educación superior) o la otra (carrera técnica). Porque al final estamos hablando de su futuro lo que quizás ellos no entienda todavía.
Por eso en vez de dejar a su hijo holgazaneando toda la tarde, póngalo a hacer una carrera técnica. Sea observador para poder identificar algo que lo motive y que le guste. En tal caso de que no consiga identificar lo que le gusta, entonces inscríbalo en el que usted considere mejor, porque nadie sabe de lo que va a vivir y ya estos tiempos no están de hacer lo que a uno le guste sino de hacer lo que hay que hacer donde mejor paguen.
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